Con el correr de los días y los avances generados en la investigación por el atentado fallido llevado a cabo contra la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, la Justicia va descubriendo mayores detalles del plan que tenía en mente desarrollar la denominada “banda de los copitos”. De acuerdo a los mensajes de WhatsApp que Nicolás Gabriel Carrizo, cabecilla de la banda, intercambió con un grupo aún impreciso de personas se conoció que la funcionaria no era la única víctima bajo la lupa. También habrían evaluado asesinar al principal referente de La Cámpora, Máximo Kirchner.
“Estamos pensando en matar al jefe de la Cámpora esta vez”, escribió Carrizo a las 23.40 del jueves 1 de septiembre, en un mensaje que le envió desde su teléfono celular a un contacto agendado como “Jony White”, pero de quién se desconoce la verdadera identidad.
Todo el contenido actualmente se encuentra en manos de la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo, quienes analizan los siguientes pasos de la pesquisa. En este escenario, los funcionarios judiciales buscan determinar, entre otros puntos, si había más personas involucradas en el complot para asesinar a la líder del Frente de Todos y, acaso, también a su hijo. “Están llegando todos”, le dijo a su interlocutor “Jony White”, cuya traducción literal al español sería “Juancito Blanco”. Y abundó: “Vamos a tener una reunión grupal”, fueron otros de los mensajes recuperados del teléfono celular de Carrizo alimentan esa hipótesis criminal.
Según consignó el diario La Nación, los mensajes que envió Carrizo desde su dispositivo móvil ahondan en la senda que por esas mismas horas le había deslizado a su hermanastra, Andrea, a la que le comentó que tenía un “grupo de trabajo” que rondaría las 90 personas con la que evaluaban los pasos a seguir para despegarse de Fernando Sabag Montiel y matar a la “puta”, como calificó a Fernández de Kirchner.
Más allá del contenido que pueden arrojar los mensajes entre los involucrados, la investigación apunta a determinar cómo actuó el primer y segundo círculo de relaciones de Fernando Sabag Montiel, su pareja Brenda Uliarte y Nicolás Gabriel Carrizo en los meses previos y los días posteriores a la noche del jueves 1 de septiembre. Se cree que esos círculos de relaciones habrían aportado apoyo logístico o, incluso, participado en tareas de observación e inteligencia en el barrio de la Recoleta, como también en la preparación material del atentado que, de acuerdo a mensajes que envió Carrizo a su hermanastra, Andrea, debía concretarse una semana después.
Mirada particular
En la jornada de ayer, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, habló sobre el perfil de los principales acusados en el atentado a la vicepresidenta y en este marco volvió a cuestionar al oficialismo por la “oportunidad perdida” de unificar posturas con la oposición a raíz del violento hecho. “Es cierto que, por lo menos de lo que se recoge de los medios, los involucrados son personajes muy particulares”, consideró el dirigente de Juntos por el Cambio, durante una conferencia de prensa. De esa manera, Rodríguez Larreta mostró una postura similar a la del ex presidente Mauricio Macri.